26-07-10- Urriellu - Horcados Rojos - Cabaña Veronica - El Cable - Vega de Liordes - Collado Jermoso

Esta mañana despertaba sin tener claro aun el rumbo a seguir. Me entraron ganas de unirme a algún grupo, pero cuando me di cuenta la mayoría ya había salido. Yo, que durante la noche había sentido el cansancio acumulado en mis rodillas, me lo había tomado con calma. Desayune mas galletas de chocolate y el ultimo de mis zumos (menos peso, bieen!!) Hable con el guarda a ver si me orientaba sobre las diversas formas de acceder a Collado Jermoso. Finalmente opte por subir hasta Horcados Rojos, para luego alcanzar el Refugio de Cabaña Verónica y allí asesorarme nuevamente sobre las distintas posibilidades. El calor comenzaba a apretar desde temprano, a pesar de poder disfrutar en el primer tramo de las pocas sombras del día.  Para acceder a Horcados Rojos se llega a un hoyo desde donde en principio no diviso por donde transcurre el camino, pero a medida que continuo avanzando me doy cuenta de que este, tras subir una pequeña vereda en zig-zag, pasa a subir directamente por la roca, para lo que han habilitado distintas cuerdas para guiar y asegurar. Aquí pocos son los momentos en que puedes disfrutar de un camino sin pendientes, o se sube o se baja. Una vez llego al collado y empiezo a descender ya observo el refugio frente a mi. Para llegar a el hay que desviarse a la derecha del camino que conduce a "El Cable" (punto al que va a parar el teleférico de Fuente De). Tomo por este y asciendo nuevamente hasta el refugio, desde donde se aprecia la vertiente sur del macizo. Llego y pregunto por el guarda, que amablemente se pone en contacto con el de Collado Jermoso para guardarme cama (o colchón, mejor dicho). Este me indica una ruta que no termina de convencerme, básicamente porque me dice que en dos horas y media, como mucho, podría llegar allí. Yo intento explicarle que no buscaba la rapidez, sino el conocer el mayor territorio posible, cosa que, para quienes fundamentalmente están acostumbrados a buscar cumbres, les cuesta comprender. Vamos, que mi espíritu en el viaje era mas el de senderista de domingo pero en plan masoca. Termino hablando con Jose Luis, que es una de esas personas que te alegran el día por la predisposición tan desinteresada a echar una mano. Parece conocerse bien la zona y saca el mapa aparente testigo de mil batallas y me explica la opción que mas me convence, es decir, la que mas rodeo daba. Tras la correspondiente foto y después de hacerle un pequeño book al cuervo de turno, arrancamos ambos y reanudo yo el camino que desciende hasta El Cable. Por este amplio sendero transita gran cantidad de personas procedentes del teleférico, por lo que la cosa adquiere repentinamente forma de autovía ("hola, buenos dias", "hola", "que hay", "animo que queda menos", "hi"). Mil y un saludos  y tras el monótono rato que dura aproximadamente una hora,  llego hasta el desvió que Jose Luis me había indicado.



Desde aquí se observaba, bajo la sofocante luz del medio día, como el sendero se adentra en un desolado y pedregoso valle por el que no parecían aventurarse ni las aves. Bueno, esperemos que no hayan muchas bifurcaciones, pensé. Me como una pera y para adelante. Según me había indicado, podía tardar unas cinco horas hasta mi destino. Teniendo en cuenta mis paraditas para las fotos y el ritmo precavido que me impuse para no maltratar en exceso mis tendones, pensé que podría tarda algo mas, esto era, llegar a las siete de la tarde. El sendero empieza a alejarme aun mas del mundo civilizado, y comienza a penetrar en una zona que por su recóndita ubicación me resulta realmente agradable. Al rato aparece otra pareja en sentido contrario y me indican que en una media hora alcanzaría un collado. Yo sigo hacia adelante hasta que el camino parece extraviarse y comienzo a seguir los diversos mojones (hitos) que me voy tropezando. Aunque el camino va hacia la derecha, cuando intuyo que la dirección correcta era la izquierda, continuo con la mirada fija en un collado que, aparentemente cercano, se presenta frente a mi. Decido subir y observar mejor desde allí, y, tras hacerse mas dura de lo previsto su ascensión compruebo que efectivamente iba desviado, mientras desde los neveros los primeros rebecos con los que me tropiezo observan mi despiste. Frente a mi, en la otra punta del nuevo hoyo, diviso el punto correcto. Resignado comienzo mi retroceso preguntándome donde podía haberme desviado, y pensando en que las horas seguían cayéndome encima. Bajo y, tras escudriñar con atención, doy con otra vía abierta a base de nuevos mojones. Vuelvo a subir y al rato me tropiezo con un chico extranjero que no me aporta grandes esperanzas. Me dice que el camino es muy pesado psicológicamente, mas mojones, subes y bajas, y demás. Me preparo para lo peor, cosa que siempre funciona. Al fin alcanzo la nueva cima, y poco a poco voy disfrutando de amplias vistas de la Vega de Liordes, que comienzo a bordear por zona rocosa para mas adelante enlazar con el que camino que de la misma vega proviene y que finalmente conduce de forma directa hasta Collado Jermoso. Al final se me hace menos de los esperado, a pesar de quedarme alguna ladera curiosa por subir, y tras la cual ya se apreciaba el refugio abajo. Lo que hace el agotamiento, mientras mas cerca lo tenia mas lejos me parecía que estaba, y el ultimo tramo a penas transcurre. Finalmente llego mucho antes de lo esperado. Al final vino bien la actitud prudente con la que me habían orientado. El lugar cumple con creces las expectativas creadas , y allí paso una tarde muy agradable en compañía de los distintos grupos que ya habían y que posteriormente fueron llegando, charlando o jugando al juego de la Rana, en el que hay que meter una piedrecillas en la boca de una rana metálica. Luego disfrutamos de una buena cena en la que interactuamos un poco mas, después a disfrutar de un gran atardecer y finalmente quedamos a la espera de que la luna llena hiciese presencia tras las montañas que nos cobijaban. Una vez apareció ya no se podía esperar mas de una día en la montaña. Las blancas rocas iluminadas por la luz de la luna ponían los pelos de punta, o era el fresquete de la noche?, jeje. Un dia mas me acuesto con el dilema sobre la ruta a seguir al día siguiente. Buenas noches despues de un gran dia.






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