A muchos les habré mencionado, entre mis muchas anécdotas, la de una noche de tormenta verdaderamente sobrecogedora, en que sentía que en cualquier momento las chapas de la choza en que, no sé si por suerte o por desgracia todavía a estas alturas, hice noche, me iban a triturar allí adentro. Casi había olvidado que grabé un vídeo con la ingénua intención de intentar reflejar lo que estaba viviendo en aquellos aterradores instantes. Este video es el que a continuación copio, aunque desgraciadamente la calidad tanto de la imagen como del sonido dejan mucho que desear y no resultan un fiel reflejo de lo que allí se escuchaba o se veía. Imagino que por la ridícula velocidad de grabación de la cámara (la compacta) ni tan si quiera se aprecian los continuos destellos de los rayos y relámpagos, por lo que todo es oscuridad. Los estruendos que vagamente se escuchan son una mezcla de los golpes que provocaba una de las chapas que estaban sueltas, y la pasmosa cadencia con que el encolerizado cielo emitía los truenos. Intentar explicar lo que sentí durante aquellas aproximadamente tres horas me llevaría mucho más tiempo y esfuerzo del que ahora mismo pretendo ceder, no obstante, lo haré algún día, pues fue todo una experiencia. (SUBIR EL VOLUMEN)
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